Rutas y Senderos

Rutas y Senderos
EL CONVENTO
Imagen EL CONVENTO

DISTANCIA: 13 kilómetros.

DIFICULTAD: Baja.

RECORRIDO Y CONTENIDO: Nos dirigimos hacia el Cuartel de la Guardia Civil y tomamos la calle que sale justo enfrente del antiguo matadero por el camino de Jaraicejo. Un poco más adelante empieza la señalización de esta ruta en el abrevadero para uso ganadero.

Transcurridos unos 500 metros el camino se desvía a la derecha entre tapiales de piedra, hasta llegar al Valle Gusano y después al Arroyo Pedro García. Seguimos nuestro camino y tras una cuesta empedrada, alcanzamos la Calzada del Alcalde, que nos recuerda el antiguo trasiego de ganado por esta zona.

Aquí, abandonamos la ruta y seguimos la señalización que nos lleva al paraje natural conocido como La Mesa del Arco, que da cobijo a una gran colonia de buitres leonados, buitres negros, cigüeñas, águilas perdigueras... La importancia faunística de esta zona se debe en gran medida a la magnífica combinación de paisaje adehesado y roquedos. La dehesa del Cañaveral, las Sierras de la Breña y de Rocastaño, Risco Gordo y las extensas zonas abiertas facilitan a las rapaces una gran disponibilidad de refugio, nidificación y alimentos.

A continuación seguimos hasta la Fuente de la Retuerta, lugar idóneo para un descanso. A la izquierda dejamos la cancilla de la finca El Cañaveral para cruzar un poco más adelante el Arroyo del Horco y alcanzar el Valle de Rocastaño.

Valle arriba nos encontramos las ruinas de una majada y un chozo de pastores. Aquí, el paisaje es de rivera donde destacan chopos, sauces y algún que otro avellano. Ya divisamos las ruinas del Convento de San Juan Bautista, fundado por San Pedro de Alcántara. A lo largo de su historia ha recibido también el nombre de Convento de los Habaneros y Convento de la Viciosa al estar situado en un valle donde se cultivaban habas también conocidas como "vicios". Otra versión dice que debido a la frondosidad del valle se le conoció como vicioso.

Cuentan que en este convento residió el santo numerosas temporadas y en él obró el milagro de convertir su báculo en un pino, cuya altura excedía a la de todos los demás. Sobre este pino se le apareció la Santísima Virgen, trayéndole los ángeles luz para que pudiera rezar maitines.