Fray Pedro de Alcántara nació en Alcántara en el año 1499. Porfesó en la orden franciscana, siendo guardián de varios conventos. Recorrió la geografía española haciendo una gran labor religiosa.

En 1559  funda el convento de San Juan Bautista. En él, el santo obró el milagro de convertir su báculo en un pino, cuya altura excedía a la de todos los demás. Sobre este pino se la apareció la santísima virgen, trayéndole los ángeles luz, para que rezase maitines.

A lo largo de su historia ha recibido también el nombre de Convento de los Habaneros y CONVENTO DE LA VICIOSA ( al estar situado en un valle, donde se criaban "habas" también conocidas como "vicios", de ahí viciosas; otra versión dice que debido a la frondosidad del valle se le conoció como vicioso).

Se encuentra situado en una meseta limitada por la confluencia de arroyos, como el de Rocastaño, contando con un microclima que da lugar a suelos muy fértiles.

En el perímetro donde se encuentra el convento existieron varias ermitas. En el año 1788 hay constancia que aún quedaban las dedicadas a San José y a San Pedro.

Durante la guerra de la Independencia fue destruido el convento por los franceses, que llevaron a cabo importantes destrozos en las poblaciones de la zona. Aunque después estuvo habitado por dos frailes, sólo pudieron reparar una pequeña parte, por lo que actualmente se encuentra en un lamentable estado de conservación.

Se puede llegar a pie, en un largo paseo, siguiendo la ruta señalizada que arranca en el camino de Jaraicejo, frente al antiguo Matadero y cerca del Cuartel de la Guardia Civil.