Historia

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LOS ORIGENES

La población de Deleitosa es muy rica en restos arqueológicos. Se han localizado en los últimos años varios restos pertenecientes al Neolítico, como hachas en el lugar conocido como "la Raña" y material cerámico. También se ha localizado un dolmen espectacular en cuanto a sus medidas, con corredor de tipo medio característico del occidente de la cuenca extremeña del Tajo.

En otros parajes se han encontrado varios restos correspondientes a distintas culturas, como por ejemplo monedas y varias lápidas romanas que se conservan en colección particular.

También han sido localizadas varias tumbas que forman una interesante necrópolis. Las tumbas están excavadas en la roca y casi todas cerradas por una sola lancha de pizarra. Es importante señalar que ninguna de ella ha conservado restos humanos.

 

Deleitosa aparece ligada, desde los primeros documentos de que disponemos, a Plasencia, ciudad fundada en 1186 por Alfonso VIII de Castilla, perdida y reconquistada definitivamente a los almohades entre 1196 y 1201. Enclavada en una tierra fronteriza, con el imperio almohade al sur y el reino de León al oeste, los reyes castellanos concedieron a Plasencia un extensísimo territorio, que tenía como límite meridional el río Almonte. Pues bien, dentro del alfoz placentino encontramos, en 1254 y como lugar con parroquia ya constituida, "entre Monte y Tajo", la población de Deleitosa.

En la repoblación cristiana de tan vasto territorio, que fue lenta y desigual, participaron agricultores, la Iglesia y los nobles, a los que el rey o el concejo placentino dieron licencia para poblar; ejemplos de este último caso de repoblación señorial serán los lugares de Almaraz, Belvís y Deleitosa.

El señorío de Almaraz, tras un primer intento frustrado de población en 1225, se consolida en 1395 tras un nuevo privilegio, otorgado a don Blasco Gómez de Almaraz. A éste señorío había confirmado Sancho IV la posesión de Deleitosa el 25 de enero de 1298 y sobre él instituye mayorazgo en 1343 Juan Alfonso de Almaraz, quien inicia la construcción del castillo de Deleitosa, que quedará concluido por su hijo Blasco. En la persona de don Blasco Gómez de Almaraz, quedaron definitivamente reunidos hacia finales del siglo XIV los señoríos de Belvís, Almaraz y Deleitosa.

 

PERÍODO DE ESPLENDOR DEL SEÑORÍO

En el siglo siguiente, el entronque de la casa de Almaraz con la de Monroy y los conflictos sociales y políticos que sacuden la Corona de Castilla, supondrán un cierto protagonismo del territorio.

El linaje de Monroy, presente en Extremadura desde los primeros momentos de la reconquista, tenía frecuentes disputas con los Almaraz, disputas que culminan con la muerte de los dos cabecillas en el contexto de la guerra civil que elevará a los Trastámara al trono castellano; en ella, los Monroy defendieron el partido del rey legítimo, don Pedro I el Cruel (o el Justiciero), mientras que los Almaraz siguieron el de su medio hermano, don Enrique de Trastámara, vencedor a la postre en la contienda.

Las disputas entre ambas casas quedaron resueltas con el matrimonio entre la hija de don Diego, doña Isabel de Almaraz, y el nieto de don Fernán, don Fernando Rodríguez de Monroy. Con éste casamiento, que resuelve las disputas y aúna ambos patrimonios, comienza el período de mayor esplendor del señorío.

La herencia territorial de doña Isabel de Almaraz, más el añadido por el Monroy, fue objeto de reparto entre los hijos del matrimonio: tras la muerte del mayor, Diego, ante los musulmanes en Ubrique (1435) y la renuncia del segundo, Álvaro (arcediano de la catedral de Guadalajara y deán de la de Plasencia), quedará el patrimonio materno para Alfonso y el paterno para Rodrigo. Es decir, Alfonso recibe los señoríos de Belvís, Almaraz y Deleitosa, con todas sus pertenencias y Rodrigo, básicamente, Monroy y Las Quebradas; herencia muy desigual que generará un prolongado conflicto entre las dos ramas familiares que de aquí derivan.

El nuevo señor de Deleitosa, Belvís y Almaraz, Alfonso de Monroy, contrajo matrimonio con Juana de Sotomayor, hermana del Maestre de Alcántara, siguiendo así el camino ascendente en la escala social de ésta familia.

La rivalidad entre las dos ramas de los Monroy encontró un marco adecuado para desatar su violencia en las guerras civiles que se sucedieron en Castilla desde mediados del siglo XV; en este contexto, ambos conflictos, el político y el familiar, se enlazan en una serie de acciones militares sobre los respectivos señoríos.

La política centralizadora y fortalecedora del poder real que llevaron a cabo los Reyes Católicos también afectará a Deleitosa, ya que en 1480 las Cortes de Toledo revocan, por medio del Acta de Reasunción, las mercedes otorgadas por Enrique IV y anulan otras donaciones reales. La ciudad de Plasencia reclamó la restitución de Deleitosa y Almaraz. El comisionado, Antón de Baena, falló en favor de Plasencia, pero Fernando de Monroy reclamó, ganando el juicio. Nueva reclamación de Plasencia que recupera las villas y otra vez de Fernando, que las gana definitivamente por real ejecutoria de los Reyes Católicos de 8 de octubre de 1483.

 

LA EDAD MODERNA

La nueva etapa en la historia de Deleitosa está marcada por la ausencia de guerras, el inicio de la aventura americana, a la que Deleitosa contribuyó con algunos hombres, de entre los que cabe destacar a Diego de Agüero, participante en la conquista de Perú, fundador de jauja y de Lima, de la que fue regidor perpétuo y sobre todo, por el entronque de los titulares del señorío con la alta nobleza castellana y la sucesión continuada de pleitos judiciales por la propiedad del lugar.

Con respecto al primer punto, la situación pacífica sólo se vio perturbada por conflictos lejanos, vinculados a la política imperial, pero que requirieron en alguna ocasión la participación de los Monroy con gente reclutada en sus estados. Así, a mediados de 1517, el primer conde de Deleitosa, don Fernando de Monroy y Zúñiga (aunque según Publio Hurtado tal título no le es concedido hasta 1529), es apercibido para que esté listo ante la amenaza conjunta de turcos y franceses a las costas de Nápoles; en 1529 es nuevamente avisado para que esté presto a acudir con gente de su casa para defender las fronteras del reino, amenazadas de nuevo por Francia y el Imperio Otomano.

Es la hija del primer conde de Deleitosa, doña Beatriz de Monroy y Ayala, quien recibe de su padre los mayorazgos de Belvís, Almaraz y Deleitosa, la que entronca con la casa de Álvarez de Toledo por su casamiento con don Fernando Álvarez de Toledo, cuarto conde de Oropesa. Se inicia ahora, primero entre los condes de Oropesa y los de Aguilar y posteriormente entre las distintas ramificaciones de ambas casas, un larguísimo pleito judicial por la posesión de los señoríos de Belvís y Almaraz y el condado de Deleitosa, pleito que se prolongará hasta el siglo XVIII, siendo su titular último el duque de Frías.

Bajo el señorío del matrimonio arriba citado, doña Beatriz de Monroy y don Fernando Álvarez de Toledo, en el segundo tercio del siglo XVI, tiene lugar la fundación del convento de San Juan Bautista de la Viciosa. Esta fundación, patrocinada por los condes, la llevaron a cabo frailes franciscanos (aunque no el propio Pedro de Alcántara, como algunos han señalado erróneamente; al parecer, en él enfermó el santo poco antes de morir, el 18 de octubre de 1562, lo que llevó a que los franciscanos acabaran abandonándolo. Tras ellos, se hicieron cargo del convento, a principios del siglo XVII, los agustinos recoletos, quienes lo reformaron y ampliaron hasta convertirlo en hogar de una comunidad de más de veinte religiosos. Los agustinos recoletos lo conservaron hasta su ruina definitiva, tras ser disuelta la comunidad durante la Guerra de Independencia. Posteriormente, en 1836 el Estado se incautó del edificio ruinoso y sus propiedades para venderlo.

Poco tiempo antes que el convento, hacia 1530, se había iniciado la construcción de la actual iglesia de San Juan Evangelista; de esta primitiva construcción sólo quedan el hastial de occidente y la estructura mural de la capilla mayor; el resto del templo data de la ampliación iniciada en 1608 y nunca concluida.

También de este siglo, concretamente del año 1580, data la fundación del Hospital de la Ermita de la Concepción o de San Mateo, en la Plaza. Fue fundado por un vecino rico del pueblo, don Juan García y dotado con cinco médicos. Al parecer, en él fue atendido San Pedro de Alcántara de la enfermedad que acabó con su vida.

Durante los siglos modernos Deleitosa sufrió como el resto del país varios episodios de epidemia de peste, siendo los más virulentos los de 1598/1602, 1647, 1652 y 1676.

En los siglos XVII y XVIII, sólo los pleitos nobiliarios sacan a la luz el nombre del pueblo, en tanto que los años iniciales del XIX verán los últimos acontecimientos dignos de mención: la destrucción del convento en el curso de la guerra contra los ejércitos de Napoleón y el último servicio del ya arruinado castillo durante la misma contienda, aunque ahora sólo cumple función como acuartelamiento de tropas.

A finales del XVIII detenta el condado de Deleitosa la duquesa de Alba, Cayetana, a cuya muerte en 1802 pasa a D. Fernández de Velasco, duque de Frías quien desde 1819, mantendrá un pleito con la Corona, que concluye con la definitiva incorporación del territorio en una estructura moderna de Estado. 

Durante la guerra de la independencia el general español Gregorio García de la Cuesta estableció su campamento en Deleitosa, para frenar los ataques de los franceses. En represalia éstos destruyeron el monasterio de la Viciosa causando grandes estragos en la zona.

Durante las guerras carlistas este pueblo fue visitado con frecuencia por las partidas, enterrándose el general carlista Sabariegos en esta localidad al ser herido en combate.

Posteriormente, Deleitosa no fue ajena a la Guerra Civil, estando desde un principio en manos de los sublevados, y como en toda España se aprovechó para solventar viejas rencillas.

En los años 60 y 70 se produjo una masiva inmigración hacia Francia, Vitoria y Madrid. 

Al final de la dictadura, se han sucedido las elecciones y los partidos en el gobierno.